En ámbitos de filosofía matemática se descubrió que la famosa sentencia de Einstein:
"Dios no juega a los dados" no significa: primero, que el genio creyese en la idea de dios; ni, segundo, que hubiese un plan divino. Sino que ¡el concepto de dios equivale a un dado (cubo, hipercubo)! Esto es, las dimensiones del azar, explicables mediante el cálculo de probabilidades. Amén.
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