miércoles, 9 de marzo de 2011

Clamidosaurio


El motociclista asaltante fue identificado como un clamidosaurio (Chlamydosaurus kingii) o en inglés, frilled lizard. Y cuidado: nunca hay que subestimar a una tortuga.

3 comentarios:

espejo retrovisor dijo...

Cuando niña compartí con mi hermano una colección de cuentos infantiles que mi abuela compró en (*). La colección incluía Hansel y Gretel, La caperucita roja (mi favorita de siempre), La bella durmiente (en este cuento había una ilustración que graficaba los 100 años que durmió la joven con la foto de un castillo cubierto por una enredadera con muchas espinas). Todas las ilustraciones eran fotos de personajes y escenografías en miniatura. Las personas vestían trajes de paño. La época, transición entre la Edad Media y el Renacimiento. La colección de cuentos era de una editorial (*).Cada libro tenía el tamaño de medio tabloide, aunque más ancho; sus tapas eran duras, de colores fuertes, y en la portada tenían pegado un holograma con una escena de la historia. Eran magia, casi se podía tocar. También estaba El patito feo, Pinocho (la lengua de la ballena parecía azúcar).
Un cuento importante y no recuerdo su título. La hija de un campesino tenía el don de convertir la paja en oro al tejerla en una rueca (algo así). el Rey la pide en matrimonio. La joven pierde los poderes. Un duende brujo se los devuelve, pero a cambio de que le entregue a su primer hijo. La joven y el rey tienen una niña. la madre se niega a entregarla y el duende brujo le dice que si adivina su nombre la perdona. Le da dos días. Un paje sigue al brujo hasta el bosque y descubre el secreto. Kajmerokiltrov, así de raro sonaba.
Otro contaba la historia de unos hombrecitos del tamaño de Pulgarcito que en las noches hacían el trajabo pendiente de un viejo zapatero enfermo.
Los muros de la casa de la bruja de Hansel y Gretel eran de galleta de chocolate y por todos lados había incrustado dulces de miles de colores. Ahora recuerdo que Hansel primero dejó piedrecitas en el camino y luego migas de pan que se comieron los pájaros. Qué extraño el final de este cuento, vuelven con el padre.
Durante mucho tiempo, desde niña pero no se hasta cuándo, soñé que iba por un camino que conducía hacia el claro de un bosque, directo a la puerta de una casa café, tipo medieval de cuento. Caminaba hacia la casa pero no avanzaba, nunca me acercaba, caminaba sin moverme de mi sitio.

(*) no permite

Anónimo dijo...

Tu narración muy a cuento con el tema del clamidosaurio, y por cierto ¿Cuánto tiempo tengo que agarrar aigre pa leerme de un jalón tu parrafito?

Anónimo dijo...

Que buena memoria espejo retrovisor, haber si hay oportunidad de que nos cuentes más de tus recuerdos y sueños, tal vez y en otro, si lograste entrar en esa casa en medio del bosque y te encontraste con secretos que hablan de tí, de tí misma.