domingo, 14 de febrero de 2010

Día del Amor, día de Venus


Alegoría del Triunfo de Venus, 1545, Agnolo Bronzino
En el intenso y claustrofóbico cuadro se encuentran todos los protagonistas del amor apasionado. Antes que nadie, en el centro de la escena, está la diosa Venus. Y Cupido en dos momentos: de niño -a punto de lanzar, entusiasta y abochornado, un ataque de pétalos- y de joven (amplíese a detalle) . La forzada postura de Venus y de Cupido joven, aluden al
momento sorpresa: ¿se encontraron sus bocas luego de un juego ingenuo? La mano derecha de Cupido joven, juega con el pezón de Venus; la izquierda, con la corona -léase, la cabeza- que en cualquier momento perderá. Mientras que Venus sostiene en la mano derecha, la fálica flecha, la potencia -que ahora ella controla: no se quiere enamorar sino vivir el instante erótico-, extraída, con un movimiento hábil, del carcaj de Cupido; en la izquierda, aprieta la manzana de oro de la discordia -o del triunfo en el torneo del amor, alguien quedó desplazada/o. El resto de los personajes constituyen una amenaza para el encuentro erótico: El Tiempo que recuerda lo efímero de la pasión, pero que a la vez detiene con su brazo derecho al Olvido enmascarado de Prudencia que quiere echar un manto sobre el encuentro; los celos histéricos que se mesan los pelos y, tras Cupido niño, ... ¿quién es la jovencita que con una mano ofrece un panal de rica miel y esconde con la otra el aguijón de su cola?
En todo caso, se trata del Triunfo de Venus sobre los riesgos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mtro. falcón.
¿se da usted cuenta que su escrito va en el tenor de "el código davinci" (xcuse-me 4 the spelling & 4comparingU)

¿ha pensado en incursionar en el género (si no existe,pues invéntelo) de viajero en el tiempo que devela misterios atrapados en los lienzos y destapa los caminos que ha tiempo, el interés de algunos muchos ha interceptado? lo más delicioso sería que nos revelara los móviles tras la realidad que ha sido rehén de la mentira, la falsedad y la hipocresía y que para sobrevivir se camufló entre pigmentos y barnices.

sería fascinante leerlo en prosa al igual q le leo en imágenes y, le aseguro, muy superior al escritor sajón... con mucho.

¿un beso quizás? que sean dos para q se note la admiración.

kalarott