martes, 2 de febrero de 2010

De rosca a tamal

¿Por qué cuando a alguien le sale el monito en la rosca de Reyes, debe hoy, 2 de febrero, organizar un convivio a base de tamales ?

Porque entre la rosca y los tamales transcurren 40 días después de la Na (ti) vidad de Jesús; y justo ese tiempo, según las leyes judaicas, debía aguardarse para que las madres de parto reciente, se purificasen antes de acudir a presentar a su hijo al Templo de Jerusalén.
Así lo cuenta San Lucas en los versículos de su Evangelio (capítulo 2):
22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor)
24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él;
26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo,
28 Siméon lo tomó en sus brazos diciendo (véase dicha escena ampliando la pintura magistral de Rembrandt):
29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra;
30 Porque han visto mis ojos tu salvación.
Se trata entonces de un rito de purificación, en este caso, de la Virgen que, aunque no concibió mediante actividad sexual (misterio) y por tanto, no necesitaba esperar los 40 días reglamentarios para purificarse, ella quiso ser obediente con la observancia de la ley.
Ahora bien, ¿desde cuándo dicho ritual de purificación comienza a celebrarse con el nombre de fiesta de la Virgen de la Candelaria o fiesta de la Candelaria ?
Frente al África, en las Islas Canarias -llamadas así, no por supuestos canarios, sino por perros (en latín canis), grandes mastines que encontraron los primeros exploradores africanos-, se apareció en las costas de Tenerife, un 2 de febrero de 1549, ante unos pastores, una Virgen morena con un niño en brazos, que portaba una candela o vela, símbolo de la Luz del mundo. Un clérigo del lugar acudió a presenciar el suceso y convino en que se trataba de la Virgen, que venía a Tenerife, luego de presentar a su hijo en el Templo, que ahora, candela en mano, acudía a iluminar a todos, como una candelaria.
Al igual que otras Vírgenes (la de Zapopan, por ejemplo), la de la Candelaria presenta proporciones muy pequeñas, pero se ordena cargarla entre muchos varones, para representar así, el aplastante y poderoso peso divino (ver abajo, representación de los pastores de Tenerife).
En México, el día de la Virgen de la Candelaria, se simplificó como fiesta de la Candelaria por la población indígena que le erigió un templo de adobe a orillas del Lago de Texcoco, donde nadaban y volaban miles de patos. Por eso, a dicho lugar (en la Delegación Venustiano Carranza), se le conoce como Candelaria de los Patos, lugar de teporochos, prostitutas, padrotes, diableros, pepenadores y vendedores ambulantes, magníficamente captados por la lente de Héctor García.
Celestina, de Héctor García
De la población indígena, en particular de su cocina, es que se presentan los tamales como ofrenda para el festejo de la Candelaria. Pues así como la rosca de Reyes representa el útero de María, del cual emerge el niño dios en forma de monito blanco o de luz; así, la Virgen de la Candelaria trae en brazos al bebé, envuelto como tamalito.
Quien cumple entonces con el deber de organizar un convivio a base de tamales el 2 de febrero, simboliza al padrino que acompaña al bebé Jesús envuelto en cobijas como un tamal, a presentarse en el Templo, tal como lo prescribían las leyes dictadas en el Antiguo Testam
ento.

Conviene resaltar sin embargo, que en esencia, los festejos de la Candelaria, o de las Candelas como símbolos de la Luz (la palabra "candela" procede de candere, "candente" como una vela encendida ), son un rito de purificación mucho más antiguo que el cristiano. Tanto como el origen del nombre de febrero o mes de las Februm (término emparentado con fiebre, sobreexcitación), festividades romanas que buscaban la purificación de la tristeza y el abatimiento ocasionados por la oscuridad y lobreguez del invierno.
En ese sentido, como ejemplo de rito no cristiano, existe el manuscrito medieval de Las Riquísimas Horas del Duque de Berry (Les Très Riches Heures du Duc de Berry ), encargado por Jean Berry de Francia, en 1410, a los hermanos Limbourg, del que se puede observar la estampa correspondiente a febrero. En la esquina inferior izquierda (oprímase para ampliar) se ilustra de qué manera se purificaban mujeres y hombres -aparece un trío- durante la gélida temporada de febrero, cuyos signos correspondientes, Acuario y Piscis, surcan el cielo con el sol/candela naranja en el centro.

1 comentario:

ross dijo...

Reuniste un tratado sobre esta fecha... que bárbaro. Disfruta los tamales.