lunes, 4 de enero de 2010

Icono

Burj
(oprímase para ampliar)
Mientras en el mundo se combate la crisis económica, los extravagantes jeques borrachos de petróleo de Dubai, se dan el lujo de inaugurar hoy su icono urbano más deslumbrante: la Torre Burj o Burj Dubai (burj es "torre" en árabe) .
El Burj Dubai es, de ya, el rascacielos más alto del mundo y el único diseñado para uso residencial. De sus 160 pisos (con 57 elevadores que bajan y suben 10 metros por segundo), 108 son departamentos. Todos ya vendidos con la identidad de los propietarios bajo absoluto secreto. Trescientos orfebres chinos cortaron, a mano, la fachada de cristal de 26 mil metros cuadrados (17 estadios de futbol ). Giorgio Armani funge como dueño del Hotel Burj, con 160 habitaciones. También son suyas, decoradas por él, 144 residencias privadas. La empresa norteamericana Skidmore Owings & Merill, cuyo arquitecto Adrian Smith (Chicago, 1944) famoso por la Trump Tower, fue el encargado de cobrar por erigir el nuevo icono dubaití.
Las magnas (des) proporciones del Burj Dubai se antojan así, extraídas de la Lámpara de Aladino, pero...
existe un pequeño detalle: Yemen, el vecino incómodo de la península arábiga (donde Al Qaeda entrenó al nigeriano frustrado del avión a Detroit), nuevo frente de guerra antiterrorista de EEUU. Corre tiempo para la próxima invasión que, con toda seguridad, podrá observarse con binoculares de oro desde la Torre Burj.

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