miércoles, 23 de diciembre de 2009

Postal fría

En la oscuridad, las pezuñas de los renos, duras, hendidas, cubiertas de pelaje húmedo, cocean la nieve revuelta con tierra. El par de rieles escarchados, soporta un antiguo trineo de hierro, pesado, mellado por los costados. Las viejas botas de piel, desgastadas, húmedas de la punta, marcan con profundas huellas negras, el ir y venir, cargado de cajas, bolsas, paquetes y envoltorios, de un anciano con chaqueta y pantalones muy ajustados de raída pana rosácea que alguna vez fue roja. Es una noche muy fría, la única luz que ilumina la parte baja del trineo, proviene de la puerta abierta de la casa. El ajetreo de pequeñas figuras oscuras, recortadas contra la luz, al aproximarse a la puerta, deja entrever las caras de enanos adolescentes cubiertos con gorros cónicos, orejeras y capas gruesas, que cooperan somnolientos, con desgano, con el anciano alto, obeso, fornido, de barbas blancas, húmedas, mal cortadas, que de repente resbala en el hielo... Los adolescentes sin embargo, no detiene su faena, están acostumbrados. El anciano de nuevo, ha bebido más de la cuenta. La rutina lo está matando. Ha olvidado ya cuál era el sentido de empaquetar y llevar regalos a domicilio. Y los jóvenes enanos no sólo ignoran sino que no tienen interés en saber cuál fue el origen de la empresa; lo único que saben es que cada mes la embotelladora de refrescos Coca-Cola les deposita un sueldo. El anciano yace boca abajo, tirita de frío, emite una carcajada ronca, profunda, sucesiva, que se mezcla con el silbido de los gélidos vientos. Los renos cocean la nieve revuelta con tierra.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido señor Manuel Falcón:

Ha descrito ud. la navidad de un 55% de la población tapatía

Feliz Navidad. Nos vemos en el Monte de Piedad.

Carlos Jesús Corona Villaseñor dijo...

Yo tristemente he visto eso en la ciudad.

Teletransportemonos al 6 de enero por favor.

Anónimo dijo...

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